Introducción.
Quienes están en estas salas, buscan la manera de sobrellevar el cansancio, estrés, incertidumbre, angustia, entre otras emociones en ese tiempo de espera; algunos platican, otros miran la televisión o su celular, etc., están conscientes de que deben estar ahí el tiempo necesario; horas, días, o semanas, el necesario. El pesar se vuelve cotidiano y a su vez incierto para los que “hospedan” estos muros sobrios y salas semi-acojinadas, aun así deben estar firmes ante cualquier situación que surja, tomar decisiones, para encargarse de la causa más que de ellos mismos, aunque de diferentes nombres todos ellos aquí son el “familiar de”.
La posibilidad de poseer, de hacer propio y manipular cada fotografía con la intención de identificarlo como nuestro y referente de nosotros, intenta regresar un poco de esa identidad que han perdido algunos de ellos, al sujetar sus prioridades al duelo en el que vive. Las historias surgen y se anclan a esas imágenes, cambiando la idea primeriza que se tenía de esta, dando pie a los nuevos atributos que son conferidos de parte de quien la usa como voz ahora, quien elabora el discurso visual es el familiar, resultado del esfuerzo por encontrarse y reflejarse en el objeto, condicionado por sus propias experiencias, gustos o reminiscencias, la historia que lo define y de la cual resulta casi imposible no evocar, algunas de las historia que por miedo a mostrarse vulnerables no siempre se cuentan a otro ser cercano, las que a veces surgen al hablar con un extraño que puede ser cómplice y no juez, que acompaña para mermar un poco de del tiempo de alojamiento en la sala de espera.
Así como el “punctum” de Roland Barthes, estas fotografías y la idea de reconstruirlas para sí mismos, pinchan en cada familiar una reacción casi imantada que los lleva a detonar algunos de sus miedos, sueños, emociones e incluso recuerdos más preciados durante su ahora proceso de duelo.
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Celebremos juntos.
Eran las 9:00 a.m. cuando llegué a la sala de espera, un poco ansiosa por el recibimiento, ya había estado frente a diversos grupos de personas, pero ahora me sentía un tanto impertinente, lo menos que quería era mostrar una posición de invasión. Me presenté a las 4 personas que se encontraban ahí y de manera breve comenté la dinámica del taller, me pusieron atención y agradecieron pero no hubo un interés inmediato. Comencé a sacar el material y colocarlo en la mesa de trabajo, intentando calcular mucho mis movimientos pues de alguna manera sentía que yo no tenía el mismo derecho ocupar ese espacio. Pasando unos minutos uno de ellos, de aproximadamente unos 45 años mostró interés y pidió que le explicara de nuevo de que se trataba, mientras comentaba que él no sabía dibujar, especifiqué más la dinámica y le mostré las fotografías impresas, sin necesidad de seguir viendo las demás fotografías seleccionó una de las primeras hojas en donde venían dos imágenes. De manera casi instintiva tomó el cuaderno de trabajo y recortando separó las fotos de la hoja, diciéndome que le había gustado la fotografía de abajo, pero curiosamente pegó ambas en el cuaderno, una arriba de la otra, en el mismo orden en el que se encontraban cuando estaban juntas, dijo que quería escribirle algo pero no sabía cómo, ni qué, le comente que había una revista y un periódico por si quería usarlos, así que prefirió buscar las palabras ahí, mencionando que era más fácil utilizar unas que ya estaban hechas, ubicó rápido una palabra y posteriormente una frase y las pego en la primera foto.
Para la segunda fotógrafa se tomó su tiempo encontrando la frase adecuada y preguntó si también podía cortar de la revista, le dije que sí, en esta ocasión iba con más detenimiento. Durante este tiempo empezó a hablar de un conocido que también había tenido que pasar por una situación difícil, según mencionó, había decidido ir a terapia, que mientras su conocido le contaba su experiencia, él comenzó a sentir que le estaba transmitiendo una sensación de tranquilidad, siguió buscando una frase y mencionó que estaba viendo con más detenidamente de lo normal, que de solo haber encontrado la revista ahí en la mesa, porque estaba buscando algo en específico, se sentía más analítico y que le gustaba apreciar las fotos. Cuando hubo encontrado la frase que quería sólo sonrió y la recortó, con mayor curia que la primera, con mucho cuidado busco colocarla, mencionó que nunca había sido bueno para las manualidades, pero que justo ahora le parecía relajante, que tampoco era bueno para cocinar pero que ahora por cómo estaban las cosas, (haciendo referencia a su situación personal), tenía que hacerlo, y al mencionar esto último bajo un poco su perfil.
Al terminar y antes de cualquier pregunta, él comenzó a explicarme el primer paisaje, dijo que la primera imagen era como lo que él empezó a imaginar cuando le hablaron de la terapia y la sensación de tranquilidad que sentía que podía ser. La primera palabra que pegó fue "CONFIANZA" porque es lo que él necesita ahora, y sobre la frase de periódico: “No eres solo lo que comes, lo que haces o lo que piensas. Eres lo que crees.”, sintió que era muy cierto porque a veces, aunque uno intente hacer todo bien, las cosas no pasan como queremos, y solo nos queda creer en quiénes somos y pensar que eso nos ayudará.
La foto que en un principio dijo que le había gustado y que colocó a abajo, la posicionó como un deseo, un espacio cálido donde él quisiera estar, que la persona por la cual se encontraba en esta sala de espera era su esposa y que a los dos les gusta tomar fotografías, que esa imagen le recordó a un lugar al que fueron hace tiempo y que justamente hacía unas semanas habían comprado una cámara en donde su esposa había hecho énfasis de que fuera de una buena marca, porque quería tomar buenas fotografías. Una vez más dijo que le gustaría estar ahí, en ese lugar, ir con ella a tomar fotografías fue entonces cuando se le vidriaron un poco los ojos, pero siguió hablando. Por último la frase que buscó para esta fotografía fue "Celebremos juntos", pensando en pasar esos momentos con ella, después de esto decidió finalizar la actividad.
Aunque no conservo la imagen, le tomó una fotografía con su celular para tenerla con él.
Dentro del material que creó fue muy clara la división que hizo. En un primer nivel ubica sus aparentes necesidades y reflexiones acerca de la situación, un tema que al parecer él había estado ya contemplando hace tiempo. En la fotografía de este primer nivel, aparece un paisaje de una autopista cercada por árboles secos donde el camino se va haciendo difuso en la línea del horizonte con una aparente neblina, connotó una sensación de tranquilidad para él y un imaginativo acerca de una alternativa al que él está abierto a tomar para aminorar la carga emocional que le provoca su situación. La primera palabra "Confianza" y su significado está totalmente dirigido a su conceptualización, como una faltante en ese momento de su vida. Como tercer elemento es la frase "No eres solo lo que comes, lo que haces o lo que piensas. Eres lo que crees." lo afirma como una verdad para él, y además cuestiona un poco el hecho de llevar una vida sana y de "bien" como lo ideal, pues no siempre garantiza salud y tranquilidad. Hasta aquí todos los elementos contemplados están ubicados en la escala de grises, usados para referir autorreflexiones.
En el segundo apartado coloca la imagen que le llamo más la atención y la relaciona con un recuerdo que se conecta a su vez con un anhelo, ambos elementos trabajados en este nivel, contienen colores bastante alegres y llamativos. Mencionó un pasaje de su vida en el que fue más feliz y según comenta, fue recordado por medio de la fotografía a pesar de no ser de suya. La frase que utiliza en la segunda fotografía, a diferencia del primer apartado donde las frases y la imagen fungen, aparentemente, de manera individual a pesar de estar en conjunto, en esta segunda fotografía genera una asociación entre "Celebremos juntos" y lo que quisiera estar viviendo en la fotografía.
A pesar de que él mismo puso obstáculos con su dominio del manejo de las herramientas, trató de manipular los instrumentos con cuidado, parecía que buscaba una especie de limpieza y orden, no parecía haber prisa.
Las fotografías al ser impropias, parecieran no invadir en la intimidad pero pueden volverse muy cercanas e incluso familiares en una necesidad de identificación, el lugar que puede ser de regocijo para algunos, tiene también la posibilidad de marcar puntos de quiebre en algunos otros, aunque también pueden ser una especie de sabana que cubre la vulnerabilidad de las palabras, pueden suavizar o agudizar lo que se intente decir.
Muchos de nuestros pensamientos los asociamos con imágenes, lo que nos ayuda a transmitir ideas. La empatía que encontró el familiar en las imágenes presentadas (aun sin ser de su pertenencia), funcionaron como detonadores, fueron ellas quienes crearon un click que activo su memoria, ofrecidas en momentos específicos, permitieron concretar pensamientos y emociones, siendo puente y micrófono a la vez para contar las historias con las que decidía estar en ese momento, el momento de duelo. Ahora la imagen había propuesto el momento y no al revés.
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Joyce Mtz. Medrano, Egresada de la facultad de artes plásticas con licenciatura en fotografía, ha concluido diversos diplomados y cursos con relación al arte, la cultura y la salud. Cuenta con varias exposiciones colectivas dentro del estado de Veracruz, México y Graz, Austria. Desde hace tres años se dedica a la docencia fotográfica en diferentes niveles educativos, ademas de trabajar en proyectos fotográficos personales y de índole social de manera independiente.
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